Junio 14 /2019 - #4
La historia de Latino América en una parte se forjó con la conquista de España, Portugal y otros sobre los pueblos indígenas que habitaban en nuestras tierras. Como lo explicó Jared
Diamond en su libro, Armas, Gérmenes y Acero, los europeos, trajeron enfermedades, armas, su mente patriarcal y una cultura de violencia y dominación a otros.
Los españoles y portugueses trajeron esclavos negros de África para fortalecer sus imperios, construir murallas, teniendo a los seres humanos al nivel de animales. La mente de los líderes
estaba enfocada en la conquista y dominación. Esos líderes simplemente eran caudillos. Hoy encontramos que los países de Latino América siguen siendo liderados por caudillos.
El gran libertador Simón Bolívar, quien liberó a 5 naciones del poder español, también fue un caudillo. Históricamente la mayoría de los líderes de Latino América han sido caudillos y dictadores. Hoy vemos que países como Venezuela, Cuba, Colombia y Brasil, continúan siendo manejados por caudillos. ¿Esto nos lleva a preguntarnos, cual es el liderazgo que necesita
latino América en la modernidad del siglo 21?
Resulta cuestionable y a la vez irónico que, teniendo un alto volumen y grandes universidades en Latino América, no se haya creado un programa de liderazgo sólido y visionario que produzca el tipo de líderes que se necesitan para dirigir de manera efectiva un país en el siglo XXI. Existiendo múltiples programas de MBA en todos los países, sus estudiantes no logran ser líderes que movilicen, cohesion, que estén identificados y evalúen las necesidades y problemáticas de un mundo cambiante y que rediseñe los modelos de desarrollo; estos estudiantes no logran ser líderes de sus países, solo salen preparados para mantener el statu quo basados en modelos económicos y sociales de mediados del siglo 20, no para transformar estructuralmente sus sociedades. De la misma forma hay muchas personas que han salido a estudiar al extranjero en Europa, Estados unidos o Asia; sin embargo, lograr un MBA de Harvard no significa ser un líder
para la transformación social y económica de un país, solo significa contar con algunas competencias y herramientas que mantienen el statu quo, fortaleciendo su prestigio individual, su ego y de esta manera poder entrar al club de los superiores.
En un blog, escrito por Francisco Manrique antes de las elecciones presidenciales del 2018 en Colombia, el evidenció este problema reafirmando que tenemos caudillos y no líderes, llegando a una elección que se basó en postulados caudillistas y no verdaderos programas de liderazgo que evolucionaran al país. Por estas razones identificamos la necesidad de fortalecer un liderazgo que
se multiplique en nuestros países y región, tanto en su calidad como en la cantidad de personas que desarrollen la capacidad de movilizar y propiciar evoluciones estructurales en nuestras sociedades. Considerando que, aunque hoy si existen personas con mentes más desarrolladas que los caudillos que nos gobiernan, estas no llegan a ser verdaderos líderes evolutivos que transformen profundamente los países, teniendo en cuenta que se enfrentan a un sistema y cultura que les impide lograr ese objetivo.
Desde este observador planteamos como se debe construir el perfil del liderazgo que se necesita para el siglo XXI. Hoy nuestro planeta está en una etapa difícil, con cinco grandes problemas sistémicos y globales que están afectando a todas las naciones de nuestro planeta.
Los problemas son:
1. Cambio climático, calentamiento global. Incremento
significativo del CO2.
2. Perdida y extinción de miles de especies animales y la
biosfera.
3. Deforestación de los bosques y la posible subida del nivel del mar.
4. Pobreza, concentración de riqueza, crecimiento de la población y modelos de desarrollo económico y social en colapso.
5. Una latente Guerra nuclear y el colapso de la civilización moderna.
Estos problemas no son técnicos, son desafíos adaptativos como lo presenta el profesor Ronald Heifetz, ante lo cual encontramos que nuestros líderes y gobernantes no saben la diferencia entre
esos dos conceptos, no conocen como transformar los desafíos adaptativos, y por este motivo los problemas siguen creciendo día a día a nivel global.
Desde esta mirada declaramos que en Latino América se requiere un Liderazgo con siete competencias basadas en un modelo que definimos como “Liderazgo Evolutivo” con un propósito
trascendente para “Construir sociedades que sean Justas, éticas, sustentables y florecientes”, en las cuales el bienestar humano y ecológico sea la máxima prioridad. Sociedades en donde prime la
paz, la justicia, la ética, y el desarrollo humano enfocado en el bienestar de toda la población, conservando la ecología, la naturaleza, la bio diversidad y la riqueza natural, con altos estándares en la calidad de vida, antes que en la acumulación de cantidades de bienes y recursos físicos. Sociedades en las cuales el PIB no sea el indicador del progreso como lo ha expuesto en diversos libros Manfred Max-Neef, sino la felicidad de la gente, la seguridad, el sentido de orgullo en tener un país con seres humanos buenos y valiosos, así como el desarrollo del arte.
Para lograr ese propósito, los líderes evolutivos necesitan un conjunto de habilidades y competencias que los ayuden a construir ese tipo de sociedades, las cuales describimos:
1. Una cosmovisión sistémica, científica, y sustentable.
2. Tener inteligencia emocional y social, construir confianza con
otros y en el país.
3. Tener la capacidad de saber usar el lenguaje para construir sus relaciones, tomar acciones efectivas, movilizar a sus equipos y personas hacia un propósito evolutivo social.
4. Pensamiento sistémico y sustentable.
5. Entender y trabajar los desafíos adaptativos en sus países.
6. Crear redes de colaboración entre los varios sectores de sus
países y colaborar con otros países.
7. Sabiduría y visión de una sociedad justa, sustentable, y floreciente.
Es indispensable que los líderes permitan y promuevan la diversidad de pensamiento, el respeto a los demás ciudadanos, lideren y movilicen desde la autoridad legítima que les otorga sus
roles o el estado y trabajen enfocados en los cambios estructurales en Políticas de desarrollo económico y social. Existe un reto muy grande en esta época Post Moderna, la cual ha
estado centrada en la polarización generada por caudillos que buscan confundir las sociedades para lograr sus beneficios económicos, sus postulados extremistas que únicamente
fortalecen a unos pocos empresarios que concentran riqueza y a su vez emplean cualquier método para lograr sus objetivos en la sociedad. Los líderes evolutivos serán responsables de consolidar modelos incluyentes económica y socialmente, que no dependan del nombre de una persona, sino de ideas y acciones en las que la mayoría de los ciudadanos se beneficien, consolidando un capitalismo consciente a través del cual los países tengan cubiertos unos estándares básicos de calidad de vida, en Educación, salud y empleo. Es vital el desarrollo de principios y valores sociales sobre la Honestidad y justicia en pro de condiciones equitativas para los ciudadanos, fortaleciendo desde el pensamiento sistémico metas de largo plazo, que no estén
basadas en el enriquecimiento individual e ilícito de Empresarios y funcionarios de los estados.
Hoy tenemos una delicada y triste realidad en Latino América, en la cual más allá que contamos con inmensa riqueza natural, tiene unos altísimos niveles de pobreza, corrupción en todas sus
estructuras, caudillos que polarizan y generan odios y estándares de vida mucho más bajos que otros países como Japón, Corea Dinamarca, Noruega, Suecia, Suiza, Finlandia, Nueva Zelanda,
Australia y varios países de Europa que tienen mucho menos riquezas naturales.
Por un momento imaginen si con esta riqueza natural que tenemos en Latino América, tuviéramos los principios sociales que permiten la calidad de vida de los países nórdicos y los otros
mencionados, ¿cómo viviríamos? En nuestra opinión, Latino América puede y tiene la capacidad de evolucionar para ser uno de los paraísos del mundo, conservando su riqueza natural, su
ecología, y desarrollando culturas y sociedades de alto nivel de felicidad y calidad de vida, ante lo cual es indispensable contar con líderes evolutivos que movilicen y promuevan este desarrollo.
Aquí nuestra invitación es a que cada persona trabaje en ser un Líder evolutivo, desde sus competencias y la coherencia entre su pensar, su lenguaje y sus acciones.
Manuel Manga y Alvaro Avendano.
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